martes, 9 de abril de 2013

Etapa 4 Maroc Challenge 2013. Jornada de descanso en Merzouga.

Crónica de la cuarta etapa, de descanso en Merzouga, de los equipos de la aventura es la aventura en la Maroc Challenge Spring Edition 2013.

Lo que en principio iba a ser la jornada de descanso, no lo fue tanto. Primero porque nos pusieron un briefing a las nueve y media de la mañana para explicarnos cómo íbamos a entregar el material escolar que llevábamos. Lo que no entendimos muy bien es porqué nos pusieron el briefing por la mañana, para decirnos que la entrega de material iba a ser por la tarde. Esto nos impidió hacer planes todo el día, ya que habíamos pensado ir a las dunas en camello, o realizar cualquier otra actividad... ¡que nada tuviera que ver con los coches!.


En realidad, una vez terminado el briefing, sí que teníamos algo que hacer con los coches, y era las operaciones de reparación y mantenimiento, ya que hasta ahora no habíamos tenido tiempo ni de mirar a los pobres. Buscamos una zona de sombra y empezamos con el Marbella blanco. Lo primero fue elevar el coche y apoyarlo sobre las borriquetas que llevábamos para ello. Sacamos el cubrecárter y las patillas y a base de maza los fuimos enderezando. El pobre había aguantado unos impactos tremendos e hizo todo lo que pudo por salvaguardar nuestra mecánica, pero lo cierto es que finalmente las patillas y él mismo habían cedido, y ya estaban en contacto con la caja de cambios con el peligro que ello conlleva. Una vez enderezado, lo volvimos a colocar en su sitio sin mucho problema. Posteriormente sacamos la media que llevamos en la toma de aire y la sustituimos por una nueva mientras que Sergio se fue con el filtro de aire para soplarlo con un compresor que tenían en el camión el equipo argentino. Comprobamos niveles de aceite y anticongelante, que estaban correctos y desmontamos el soporte del cambio que pensábamos que estaba en mal estado. Una vez fuera, pudimos comprobar que así era. Estaba completamente reventado y lo sustituimos por uno nuevo. Finalmente hicimos una comprobación visual de amortiguadores y bajos, pero increíblemente después del mal trato recibido, todo parecía en buen estado.



Después procedimos de la misma forma con el Marbella rojo, realizando las mismas operaciones, excepto el soporte del cambio, que en este no había roto. Sin embargo, vimos que tenía en muy mal estado el amortiguador delantero izquierdo, que decidimos no sustituir para terminar de reventarlo en la etapa siguiente, que parecía que iba a ser la más dura.


Una vez terminados los coches, decidimos irnos a nuestro maravilloso Riad a comer y darnos un baño en la piscina, para luego volver a la entrega del material. A las cuatro y media estábamos de vuelta para la entrega, pero viendo que el asunto se iba a alargar mucho más de lo esperado, decidimos dejar el material a la organización para que ellos lo llevasen y disponer al menos de un rato libre para nosotros. La foto no es lo que nos importa, la verdad.





De esta forma, decidimos ir a dar un paseo andando junto con Mario y Ángela por las dunas del Erg Chebbi. Acercamos los coches lo más posible sin riesgo de atasco... ja, ja, ja. Creo que ninguno de los cinco quitamos el ojo en ningún momento a Richi... El paseo por las dunas fue una pasada, deleitándonos con unas espectaculares vistas con la luz del atardecer.









El espectáculo que no esperábamos encontrarnos fue el casi vuelco de un Land Rover de la organización, que salieron a hacer unas dunas con los coches. Como podéis apreciar, y eso que las fotos nunca hacen justicia a la realidad, pasaron un poco de miedo, y es que a veces, es más fácil ver los toros desde la barrera!. En cualquier caso, sacaron el coche finalmente sin problemas, y afortunadamente, sin ningún tipo de consecuencias.



Después del espectáculo, se fue haciendo de noche y nos fuimos los seis a cenar a nuestro Riad, y nos tomamos otra botella de vino y unas copas, que merecido lo teníamos y el día siguiente prometía ser muy, muy duro... ¡Salud!

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