martes, 11 de diciembre de 2012

Ruta MTB por El Pardo

Crónica de nuestra ruta MTB por el monte de El Pardo.

Después de un par de sábados sufriendo y divirtiéndonos con las motos por tierras segovianas, este sábado le tocaba el turno a las bicis. De esta forma, Sergio, Richi, Rubén y yo nos levantamos tempranito y nos fuimos a El Pardo.

La mañana, además de haber amanecido con una preciosa niebla, estaba bastante fría, con lo que costaba un poco ponerse en marcha. Este frío no duró mucho, puesto que la ruta que elegimos empieza con un tramo de subida de unos dos kilómetros con una pendiente considerable, sobre todo para gente que no estamos especialmente en forma, aunque todo sea dicho, unos menos que otros, ejem…

El punto más alto del monte del Pardo, al que llegamos después de la “moderada” subida, nos regaló unas bonitas vistas de Madrid, con su día despejado y aún persistente niebla hacia el sur, y una preciosa vista de la sierra nevada, hacia el norte.


Después de esperar unos minutos a que llegase Richi, al que sin duda la pendiente se le hizo un poco más cuesta arriba, seguimos llaneando unos kilómetros hasta cruzar la carretera, donde a los pocos cientos de metros comienza un bonito descenso por una maraña de senderos estrechos, entre árboles, en los que nos pudimos divertir de lo lindo. Eso sí, como Rubén y yo salimos primero, en algún cruce de caminos perdimos a Sergio, que eligió otra opción y decidió continuar por la misma un “media hora” como nos dijo una vez que conseguimos localizarle por el móvil. En realidad no fue tanto, serían unos quince minutos, que empleamos en divertirnos por unos de nuestro más querido y conocido amigo con la moto…. LOS ARENALES!!. Claro, que no es lo mismo con una bici de 11 Kg, que con una moto de 230 Kg, como podéis apreciar en el vídeo.



Después de esto, y una vez localizado más o menos donde se encontraba Sergio, seguimos el descenso, más bonito aún con una zona de toboganes y estrechas curvas, en las que poder soltar un poco de adrenalina, pero vamos, nada especialmente dificultoso ni arriesgado. Una vez que encontramos a Sergio (que finalmente estaba al lado el único chiringuito en varios kilómetros a la redonda), decidimos continuar en dirección al embalse por cambiar de zona. Aquí la situación divertida fue ver la curiosa forma de parar que tiene Sergio con su bici, sin sacar las botas de los pedales. Oye, que cada uno se baja como quiere…





Después de atravesar el pueblo en dirección al embalse, cogimos otro bonito sendero que discurre en paralelo al cauce del río Manzanares, y que finalmente desemboca en el embalse. En realidad en el desagüe del embalse, puesto que este último está vallado y no autorizado el paso al mismo. De esta forma, decidimos dar la vuelta, hasta un paso por una especie de un antiguo puente por la que habíamos pasado antes, y que nos permitía cruzar al otro lado del río para intentar llegar al embalse.




Y fue aquí donde tuvimos el primer problema de la jornada. En la pequeña subida que teníamos para volver al sendero, Rubén rompió la cadena de su bici, y no creáis que fue por descuido o mal mantenimiento de la misma no… si total, sólo tenía 6.000 kms!!. Bueno, cuando parece que ya estábamos resignados a terminar nuestro día de bici, y volver andando al coche, decidimos intentar arreglar la cadena así sin herramientas adecuadas, y sin eslabones. Pero bueno, ¿y si nos pasa en mitad de la nada?, pues ala, estoy hay que arreglarlo como sea coño. Así fue, que tirando de un poco de imaginación, con unos alicates, un destornillador y una piedra a modo de martillo, intentábamos sacar el bulón del eslabón dañado, mientras de vez en cuando pasaba alguien paseando, y nos comentaba:

-¡Vaya, habéis roto la cadena!
-Pues sí oiga, qué mala suerte.
-Pues eso se arregla con una tronchadora. ¿No tenéis una?
-Sí claro, por supuesto, pero es que a mí me divierte hacerlo como los antiguos el fuego, con dos piedras…




Pero como el que la sigue la consigue, al final conseguimos tronchar la cadena, ¡Urra!. Bueno, bien, ahora sólo falta volver a cerrar la cadena, y eso es más difícil. Pero como la suerte siempre acompaña, justo cuando nos disponíamos a ello, aparecieron nuestros salvadores, en forma de ciclistas, y nos dejaron una minitronchadora con la que cerrar de nuevo la cadena fue coser y cantar. Y todos salimos beneficiados, nosotros con cadena “nueva” y ellos aprendieron a usar la herramienta!!

Pues como un niño con zapatos nuevos, Rubén se sube a su bici y reanudamos nuestro camino, hacia el paso para cruzar el río. Este paso es una zona de cemento, con unos escalones bastante altos… que fueron el terror de Richi. Es lo que tiene el no verlos a tiempo y bajar… pues eso, con los pies por delante. También Sergio, aunque antes del escalón, decidió hacer una de esas paradas “de la casa”. ¡Vaya día de hostias!



Una vez todos en pie, seguimos desde la otra orilla hasta el embalse, pero de nuevo nos encontramos con el acceso al embalse cerrado, así que, después de unos vídeos haciendo un poco el moñas, nos dimos la vuelta y volvimos a coger una subida considerable hacia el este del embalse, donde Richi, ya cansado, decidió quedarse a esperarnos.



Cuando llevábamos más de media subida Rubén y yo nos percatamos de que Sergio no venía. Esperamos un rato mientras comíamos algo energético, pero viendo que no llegaba, decidimos seguir subiendo para finalizar nuestra ruta con un bonito y rápido descenso. Una vez que llegamos abajo de nuevo, fue cuando vimos que Sergio había pinchado una rueda. Rápidamente vimos un bar con una terracita que nos pareció el sitio perfecto para reparar el pinchazo mientras nos bebíamos unas merecidas rubias.

Finalmente, y como fin de fiesta, nos fuimos a comer a un restaurante unos platos ligeritos, es decir perdiz, venado en salsa de frambuesa, jabalí en salsa de manzana, etc. Y es que ya sabéis, ¡¡nos gusta guardar la línea!!.



Bueno, realmente este no fue el final, y es que ¡¡todavía hubo un accidente más!!. Ya de vuelta al coche, y con los ánimos exaltados, me pegué un espaldarazo haciendo un caballito que va a pasar a los anales... eso sí, todo mientras les proponía a mis compañeros del día que si nos tomábamos una copaaaaaaaaaaaaaa!!!

7 comentarios:

  1. la próxima vez me avisáis y mientras vosotros hacéis MTB yo hago un poco de Trail Running...eso si la comida y las copas con vosotros je je.....como os gusta las dos ruedas eh! eh! je je Saludos......

    ResponderEliminar
  2. Muy bueno!!!. Me he reido un rato leyendo el post y recordando nuestras pequeñas andanzas ciclistas. Se me vienen a la cabeza las imágenes y no puedo sino reirme a carcajadas :)

    ResponderEliminar
  3. Bueno, yo con los pedales quise hacer una buen homenaje a "Los Toneti" ;)

    ResponderEliminar
  4. Sólo nos falta ver caer a Rubén. ¡Qué soso es el tío!

    ResponderEliminar
  5. ¿Verdad que si?. No te preocupes que no tardaré en darme una buena :)

    ResponderEliminar