miércoles, 4 de diciembre de 2013

Ruta offroad en motos trail por tierras de Toledo, desde Navalcarnero hasta Escalona.

Crónica de nuestra ruta offroad en motos trail por Toledo, comenzando cerca de Navalcarnero y finalizando en el bonito pueblo de Escalona.

Ya teníamos ganas de volver a dar vida fuera de carretera a nuestras motos, y decidimos quedar para hacer una ruta cortita de una mañana. La idea original era hacer una ruta facilita, de las que llamamos de tranqui-trail por la zona de La Vereda, pero según se iba acercando el fin de semana, la previsión metereológica nos fue “congelando” nuestra ilusión inicial y al final decidimos cambiar la ruta hacia tierras más templadas, o cuando menos, menos frías. Finalmente decidimos ir por tierras Toledanas, que aunque el ambiente también iba a hacer frío, el solo iba a ser el protagonista de la jornada y no las nubes y la nieve.




Ruta offroad con motos Trail de Navalcarnero a Escalona from La aventura es la aventura on Vimeo.

Quedamos cinco motos en una gasolinera de la M-40 bien prontito por la mañana, y a eso de las nueve allí estábamos. Aún nos faltaban otros dos compañeros, pero uno de ellos, Enrique, nos dejó un whatsapp por la mañana diciéndonos que finalmente no podía venir por “cfm” (causas de fuerza mayor, es lo que tiene el ahorro en letras a lo que nos llevan las nuevas tecnologías). Al último compañero quedamos en recogerlo en otra gasolinera de la A5, cerca de Navalcarnero, ya que le quedaba mucho mejor desde su punto de origen.


Una vez reunidos todos en esta última, nos preparamos para empezar nuestra ruta, haciendo todos los deberes; bajar presiones, colocar los manillares, configurar los gps, colocar la cámara, mear… pues eso, todo. Bueno, todo eso y decidir el ritmo que llevaríamos en la ruta, que decidimos que fuese moderado, para que los paquetes no nos perdiésemos antes del primer cruce.

Como siempre que pasa mucho tiempo sin salir del negro asfalto, en los primeros kilómetros por tierra nos encontrábamos algo inseguros, con poca fluidez. Esta sensación es normal hasta que se vuelve a coger el “feeling” con la moto a no tener el agarre que tenemos en el asfalto, nuestro hábitat por desgracia más habitual.


Una vez acostumbrados de nuevo al elemento marrón, nos relajamos y la conducción comienza a ser más fluida y natural. Gracias a PepeJol que lideraba nuestro pequeño grupo, disfrutamos inicialmente de buenas pistas, anchas y con la tierra bien compactada por la humedad, agradeciendo como siempre la ausencia del siempre incómodo polvo. Poco a poco las anchas pistas se fueron estrechando y revirando haciendo más divertida la conducción. Aunque ha llovido últimamente, el suelo estaba en muy buen estado, sin apenas barro excepto un par de charcos que nos encontramos que pasamos todos sin la menor dificultad.

Después de algún tramo de enlace por carretera, seguimos por otra pista en ascenso entre pinares, más lenta y revirada que los tramos anteriores y con el terreno en peor estado. Este tramo, sin tener ninguna complicación especial, ya requiere de ir con más atención y resultó muy divertido.

Hasta el momento todo iba perfecto, ninguna moto había besado el suelo, el sol seguía luciendo radiante, la compañía era buena y… ¡por hablar cenizo!. Al poco de comenzar a descender por la pista, ya casi trialera, cuando más interesante se estaba poniendo, nos damos cuenta que la moto de Sergio lleva la rueda delantera pinchada. Lo más gracioso del asunto es que él no se había dado cuenta. ¡A eso se le llama sensibilidad! Después de unas cuantas pitadas para advertirle, paramos a hacer evaluación de daños. La cosa era peor de lo que parecía. La llanta delantera estaba doblada y parecía que era por ahí por donde se escapaba el aire. Como girando la rueda no veíamos aparentemente ningún pinchazo, y las ruedas de la F650GS no llevan cámara que pudiésemos cambiar, decidimos probar suerte echando un spray antipinchazos. Lo cierto es que no teníamos mucha esperanza de que fuese a funcionar, pero la rueda se puso como una piedra y pudimos continuar bajando por la trialera, en esta parte final más complicada, hasta el pueblo sin ningún tipo de problema.


¡Menudo llantazo!
Una vez en el pueblo, y aunque no habíamos acabado la ruta prevista, decidimos irnos a Escalona a tomar unas cervezas para evitar más riesgos con esa llanta dañada. Allí finalizó nuestra primera ruta off post-verano, charlando un buen rato y como siempre, pensando ya en cuando hacer la próxima.


Por cierto, desde el equipo queremos decir que estamos encantados de haber conocido a PepeJol, OscarRG y LuisGS, ya que era la primera vez que salimos juntos y esperamos que sean muchas más.

¡Hasta la próxima!

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