miércoles, 27 de noviembre de 2013

Ruta invernal MTB Rascafría y Valle de la Angostura

Bicis de montaña + Nieve = ¡Disfrute! 
Crónica de la ruta invernal en bicicleta de montaña saliendo del Monasterio del Paular, cerca de Rascafría hasta Cotos y bajando por el Valle de la Angostura.

Decía Oscar Wilde que la mismísima esencia de la aventura es la incertidumbre, pues bien, esta vez no íbamos a seguir una ruta descargada o similar. Esta vez habíamos decidido cargar un track en el GPS que habíamos creado con el software cartográfico correspondiente pero sin referencias de haber pasado por allí antes, con lo que ello conlleva en el monte (vallas, cotos privados, pistas no ciclables, etc.). No madrugamos demasiado y, entre unas cosas y otras, comenzamos a las 11 de la mañana con un fresquete considerable, pero como estábamos en el Monasterio del Paular y hacía sol pues, parece que no, pero se agradecía y mucho.
 


Disfrutando de la nieve con nuestras bicis de montaña por Cotos. from La aventura es la aventura on Vimeo.




Como decía, empezamos en el Monasterio del Paular, cerca de Rascafría y la idea era subir a Cotos por la pista GR10.1 y bajar nuevamente al punto inicial por el Valle de la Angostura, donde pasa el río homónimo al valle, también llamado río de Lozoya, y este track es lo que resultó, que ya afinaremos más en próximas ocasiones:


Como casi todas las rutas de montaña, comenzaba directamente ascendiendo pero de forma moderada y progresiva, aunque a unos pocos kilómetros el desnivel empezó a endurecerse un poco más. Conforme íbamos subiendo y nos íbamos adentrando en el pinar, empezamos a ver los primeros síntomas de las temperaturas que estamos teniendo en la península, los primeros charcos helados. Luis apuntaba con su dedo indicando al charco diciendo: "cuidado con éstos a la bajada desde Cotos por el otro lado". Más adelante empezamos a ver y pisar (por fin) los primeros rastros de nieve, poco a poco y cada vez más dejamos de escuchar el típico sonido de rodada en tierra pasando al "crg crg crg" continuo del caucho en la nieve ¡¡¡qué sensación!!!.


Después de unos 400 metros por una explanada con una capa de nieve continua y muy divertida tomamos el camino a la izquierda de la famosísima GR10.1 y esto ya es otra cosa señores, aún sin nieve subirla encima de la bici es prácticamente imposible (al menos este tramo) así que imaginároslo con nieve.... así que nada paciencia, buena letra y bici en mano, caminando y tirando de gemelos, una buena parte de la ascensión tocó hacerla así, eso sí, sin dejar de admirar el maravilloso paisaje invernal del bosque. De vez en cuando, era inevitable subirse al sillín e intentar hacer al menos algún metro aunque supieses que iban a ser 5 ó 6 pedaladas, pero como digo, es inevitable.

En una de éstas Luis le dio con tanto ímpetu que partió la cadena ¡puf!, en plena ascensión, con la bici en la mano, con un frío ya más que considerable y con la cadena rota, pues sí ¡¡¡qué ganas de quitarse guantes, coger el tronchacadenas y solucionar el tema!!! pero... no quedaba otra. Una vez arreglada la cadena, seguimos ascendiendo con la bici en la mano, cuando podíamos nos subíamos a ella para hacer algunos metros, hasta que llegamos a un llano precioso, idílico, de estampa de Navidad con su pequeño lago congelado. Por supuesto parada, unas fotos e hidratarse un poco.

¡Qué fastidio!






Subimos un poco más y nos encontramos con una gran llano completamente nevado, entonces decidimos hacer "pellas" e irnos directamente a jugar al patio en el recreo. En ese instante Sergio y Luis, ya no eran los “aventureros” treintañeros ¡¡¡no!!!. Eran los de aquéllos maravillosos años de la EGB, o incluso de antes, cuando salías con el trineo o con el plástico en las posaderas o con lo que uno quisiera a embadurnarse de nieve, caerse, rebozarse, etc... ¡¡qué momentos tan enriquecedores y que vamos perdiendo poco a poco de adultos!!. Después de jugar y mojarnos un poco, con el frío que hacía, decidimos quitarnos los disfraces de Zipi y Zape y empezar el descenso desde ese mismo llano y no subir hasta cotos, puesto que la ascensión continuaba por la misma GR10.1 y no nos apetecía seguir subiendo con la bici en la mano cada dos por tres. El descenso por el Valle de la Angostura fue muy divertido, sobre todo por la nieve en la parte más alta, pero nada complicado. El único problema era el frío y en un vadeo un servidor echó el pie al río y en fin, sólo recuerdo miles de cuchillas desde la planta del pie hasta el tobillo. Obviamente tuvimos que parar en una zona donde los árboles permitían entrar al sol aunque fuera levemente para poder descalzarme, que cogiese temperatura y cambiar a un calcetín seco. Después del imprevisto, seguimos descendiendo por la zona boscosa, nos encontramos un par de trialeras muy cortas pero muy divertidas con un paisaje espectacular de fondo.


Sin darnos a penas cuenta, ya habíamos llegado abajo del todo otra vez junto al Monasterio. Después de acabar la ruta tuvimos claro que la volveríamos a repetir, pero en sentido contrario, porque bajar por la GR10.1 con nieve tiene que ser una experiencia, perdón, una AVENTURA, que por supuesto os contaremos.

Sólo nos queda decir, que experiencias como estas son el mejor elixir de juventud o la mejor crema antiarrugas ¡hasta la próxima!.

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